En Búsqueda de la Felicidad
Recuerdo una anécdota con un amiga que me decía “yo te odiaba porque siempre estabas sonriendo y yo no entendía por que? te reías tanto”. La verdad es que si, sonrío con mucha facilidad, no con una alegría explosiva, si con sutileza y suavidad. Tal vez fue la forma que encontré para sobrevivir en un mundo de adultos, donde la enfermedad, la amargura y la preocupación dominaban. La sonrisa me salvó, la sonrisa fue el mecanismo de mi niña para ser aceptada y amada.
Mucho tiempo después comprendí que la simpatía y la felicidad no eran lo mismo, y que en una sociedad tan superficial como la colombiana, la alegría a veces disfraza la agonía y el dolor. Es así como muchos comediantes paradójicamente sufren de depresión o ansiedad, Robin Williams, quién lamentablemente se suicido, Jim Carrey, Suso el paspi: Dany Alejandro Hoyos, Santiago Alarcon entre otros… actores en su mayoría que abrieron su corazón a su público para mostrar que aunque fueran considerados divertidos y seres “felices”, internamente llevaban un sufrimiento que los hacia padecer una enfermedad mental.
Damos por hecho que la felicidad es reír siempre, tener una constante actitud positiva y “simular” que todo esta bien como dice el pibe Valderrama. Pero no, no todo siempre esta bien, a veces la vida es desafiante y muy compleja, a veces liviana y fluida, esa es su naturaleza.
Más allá del estado de la alegría constante, que es una emoción que debe cumplir su ciclo, como todas las demás que tienen una función en el organismo, creo que la felicidad es un estado que se va construyendo durante toda la vida.
Si la felicidad es el grado de satisfacción que tenemos con la existencia, pues tendremos que trabajar por ella siempre, ya que las necesidades varían de acuerdo a nuestra etapa de vida, circunstancias, experiencias… así que para ser felices es clave el autoconocimiento, poder saber quienes somos, con quién compartir, que queremos, que necesitamos, cómo trabajar por ello. Una de las principales razones que he encontrado en terapia que conllevan a la depresión es el desconocimiento de si mismos, la enajenación del yo, donde se vive como zombi siguiendo una serie de valores sociales que no generan satisfacción personal.
Ahora que estamos en una situación mundial tan desafiante como lo es la pandemia, muchos se han replanteado que los hace felices, el trabajo?, el dinero?, la familia?, la naturaleza?, la soledad?, tener tiempo?... y aunque estamos en crisis, este sacudón que nos pone de frente a la muerte, nos replantea realmente que queremos para la vida.
Pareciera entonces que la felicidad no es estática, ni un producto, ni un estado que se puede comprar como no lo han hecho creer, es una búsqueda constante, con receta única, hecha a la medida, que nos demanda estar presente aquí y ahora, en consciencia, en conexión con el todo que nos compone, para poder escucharnos y saber por donde ir creando las experiencias que nos llevarán a transitar esta vida de una manera más satisfactoria.
Tal vez, la Felicidad es la capacidad innata que reconocía Perls de la homeostasis.
Tal vez, lo que necesitamos es conectarnos con nuestra naturaleza para ser felices.
Con Amor.